lunes, 6 de julio de 2009

Superficie y piel...


Corrí el riesgo
-perdí-
busqué en lo profundo de tu aurea superficie,
era piel,
mis dedos y otra parte de mi cuerpo lo atestiguan,
abajo no había nada;
nada escrito de tu parte, sólo carne;
carne adulterada por la leche de tu mala madre.

No te culpo, conocía bien el riesgo de buscar
cualquier cosa debajo de tus superficialidades.
Quizás fue el momento,
¿no lo sé?
tú decías busco sexo y yo entendía; ámame.
-te ame-

Tal ves fue el hablar el mismo idioma
entendiéndote otro lenguaje.

Tú pedias cama y yo poesía te escribía
- ¿aún hay tinta del poema
que escribí sobre tus nalgas? -,
eras todo fuego en tus necesidades,
tú decías penétrame y yo entendía;
vive en mi, quédate a vivir aquí.

Una, dos, tres, cuatro veces desfogue
dentro de ti el semen que esperaba fuera vida ,
tú entendidas, sexo, sexo, sólo sexo
y abrías las piernas, reposabas
y después de nuevo al sexo.

Un día cansado desperté y al abrir los ojos,
me quedé en medio de tu cuerpo buscando
en tu interior amor, y ya lo ves,
me quedé de ti oliendo a sexo .

Corrí el riesgo
- perdí -
busqué debajo de tu superficie,
pero tú eres sólo eso: superficie.
Tu boca en ti son las profundidades
- eso te lo reconozco -,
la parte media de tus piernas
lo mas hondo de tu cuerpo,
y entre tu alma y cuerpo sólo
hay palabras que se borran
con la ducha, piel dorada y trivialidades.

Due® 6 julio 09

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