sábado, 28 de febrero de 2009

¿razonas?


Y… razonas,
¡vaya problema!,
amarme como te amo
no tiene razón,
fingimos tenerla,
cerramos los ojos,

¿un beso?

¿otro más?

¿Tus labios razonan?

¡Vaya problema!

¡Tu razón está enferma!,

-me mira y la miro-,

y enmarañadas
entre líos y besos,
entre cariños
y garapiño de nueces,
entre los mimos
y los ”ah veces”
y entre costales de besos,

¡Razono!...

Estoy loco y… tú

¿razona?

¡Creo que no!

Eres de mi vida mi vida,
eres locura,
-¿mi cura?-

tal vez…

¿Viceversa?

Due® 7 dic 08

sábado, 14 de febrero de 2009

-¿pero a qué juegas?-


Se me está pudriendo el tiempo
entre éste aquí y el de tu huida.

Entre minuto y minuto masco los segundos,
los regurgito y se me hacen horas tiesas,
frías, secas de caricias,
fijas como fotografías en sepia llenas de cochambre.

¿A dónde fuiste y por qué estás tardando?

El reloj suena en negras como interrogantes,
como símbolos reptantes,
-uno, dos, tres-, ya no entiendo nada,
el metabolismo cambia
y las lagrimas que antes rebotaban
en silencio en mis mejillas ahora truenan,
se escuchan hasta la cocina,
ladra el perro y el vecino pide a gritos el silencio.

-que se calle o lo ahogo entre escupitajos-

Me dejaste por faltarle el respeto a los detalles,
-¡eso lo comprendo!-

¿Pero y los recuerdos…?

Hablo de los tuyos que me pertenecen,
¡Bueno!, si los quieres hoy te los regalo,

-o mañana que regreses-

¿pero dime? y ¿los míos?,
¿mis recuerdos no te mueven?,
¿no te hacen cosquillitas los vellitos
de tus piernas cuando se te erizan cuando te recuerdas
aquel beso que te di cuando contaba tus lunares?.

Se me está pudriendo el tiempo
entre esta humedad de recordarte
y los recuerdos de tu espalda,
-¿pero a qué le juegas?-
¿A quedarte seca y fija?,
o al atreverte a regresar por mis caricias…

Due® 7 enero 09

sábado, 7 de febrero de 2009

En esa media hora...


En ocasiones, casi siempre en la mañana,
me da por pensar en cosas que no tienen importancia,
pienso en el descafeinado sin tostada,
en la mermelada acida a la que se le ha formado una nata blanca,
en el color de la camisa mal planchada,
en tus manos despertando entrelazadas en mi pecho,
y me atoro casi siempre media hora en esa breve liviandad
de pensar en esas cosas que no importan,
pienso en la escasa armonía de los cantos de las aves,
en los diez minutos que ya llevo de retraso,
en la almohada de tu lado de la cama,
en el frío de mi pecho que amanece ronco de llamarte.

Casi siempre es por la mañana cuando pienso en tu ausencia,
en las cosas que no cambian,
en las cosas que han perdido importancia,
pienso por ejemplo en tu necia forma de engañar con la mirada,
en los besos que recuerdo que sabían a realidades destiladas,
en caricias hechiceras que a la media noche desaparecían,
en tus frases mentirosas disfrazadas de verdades,
ya no duele recordarte,
tu recuerdo es ahora sólo un simulacro,
es la pésima costumbre de pensarte media hora en las mañanas,
es el tiempo que dedico a pensar de vez en cuando en la nada,
en las cosas que murieron de esperanza,
en el paso firme con el que te fuiste,
en el dolor que ahogaba mi mirada,
en pensar en lo que fuiste,

y me gusta esa media hora en las mañanas,
esa media hora en la que pienso en tus recuerdos,
y en la cosas que no tienen importancia…



Due® 15 abril 08