sábado, 7 de febrero de 2009

En esa media hora...


En ocasiones, casi siempre en la mañana,
me da por pensar en cosas que no tienen importancia,
pienso en el descafeinado sin tostada,
en la mermelada acida a la que se le ha formado una nata blanca,
en el color de la camisa mal planchada,
en tus manos despertando entrelazadas en mi pecho,
y me atoro casi siempre media hora en esa breve liviandad
de pensar en esas cosas que no importan,
pienso en la escasa armonía de los cantos de las aves,
en los diez minutos que ya llevo de retraso,
en la almohada de tu lado de la cama,
en el frío de mi pecho que amanece ronco de llamarte.

Casi siempre es por la mañana cuando pienso en tu ausencia,
en las cosas que no cambian,
en las cosas que han perdido importancia,
pienso por ejemplo en tu necia forma de engañar con la mirada,
en los besos que recuerdo que sabían a realidades destiladas,
en caricias hechiceras que a la media noche desaparecían,
en tus frases mentirosas disfrazadas de verdades,
ya no duele recordarte,
tu recuerdo es ahora sólo un simulacro,
es la pésima costumbre de pensarte media hora en las mañanas,
es el tiempo que dedico a pensar de vez en cuando en la nada,
en las cosas que murieron de esperanza,
en el paso firme con el que te fuiste,
en el dolor que ahogaba mi mirada,
en pensar en lo que fuiste,

y me gusta esa media hora en las mañanas,
esa media hora en la que pienso en tus recuerdos,
y en la cosas que no tienen importancia…



Due® 15 abril 08

1 comentario:

Noviembre dijo...

Como siempre... sin nada más que añadir...

Un saludo