lunes, 14 de septiembre de 2009

Sólo un instante…


Resulta que después de darte cuenta
que nunca supiste ni su nombre
y que aún así recuerdas;
cada aroma,
el suspiro de su cabellera,
el tamaño justo de su espalda,
lo torneado de sus piernas,
la cadencia de sus pasos,
las chispas que estrellaban su mirada,
y además medía la estatura exacta de tus sueños,

después de que la vida ya es letra escrita,
y que en el presente y el futuro se observa
la estabilidad completa,
prendes un cigarro –si es que acaso fumas-
y al beber la taza de café caliente
te das tiempo de mirar lo que has acumulado,

y al cerrar los ojos le miras con disimulo
en esa distancia que se llama tiempo,
y suspiras y en un parpadeo
te das el permiso de quedarte sin aliento,

y recuerdas que en cada recuerdo
bueno o malo siempre estuvo de tu mano,
y te acuerdas que nunca supiste ni su nombre,
y en mas de media vida siempre
le miraste tan cercano y como fantasía,

no hay remedio, no te queda mas
que decirte en silencio; amé, amo y amaré,
pero sin dudarlo y sin sentido alguno de la vida
tú que siempre fuiste sólo un instante,
eres sin dudarlo: el amor de mi vida.

Due® 13septiembre09

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Amigo siempre es un placer pasar por tus letras, solo un instante basto para darme cuenta de que eres un poeta de los pies a la cabeza... que ese amor que sientes te acompañe siempre.

Un fuerte abrazo.

Eloisa Echeverria dijo...

que puedo decir aqui?...me leiste el pensamiento y lo plasmaste en bellos versos que finalmente me emocionaron...
Un abrazo fraterno.
Eloisa.

José Antonio Fernández dijo...

Un poema con una sencillez imnata, como todo lo que he leido tuyo, cosa muy dificil de lograr, vamos, yo no lo consigo.
El amor siepre es fugaz, aunque hay que intentar que esa fugacidad dure lo máximo posible.
un placer la lectura.