sábado, 16 de mayo de 2009

almohada...


a veces vienes y ,¡carajo! te detienes!,
me vas muy bien de leche en polvo,
tu cariño de mamá envuelta en golosina
es cosita del pasado

me lastimas,
me lastima tu olor ¿no lo comprendes?
es mi propia lastima de no enterarme del placer
de una taza inmovida de té o café matizados con el dulce
de la miscelánea y piloncillo, amor,
y canela, del color tan fuerte de tu piel,

-desvarió, que me avienten, me desvié del tema-

si es la lección,
más valía no tomar la taza,
ni mirarla,
ni avejentarla a traguitos de humos ni con bocinadas
¡dijo bocinadas?
no cariño eran campanadas y corazonadas.

Me disculpo por esta devolución no personalizada,
es lo tuyo,
es para no gastarme en lecturas
el poema de tu piel de leche;
de la luna, del espejito inventado:
del amor que no acabo de entender… pero ocurrió.

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