martes, 29 de septiembre de 2009

Yo no sé nada...




Es que las horas lo saben y por ello se tornan tan solas,
se confabulan con la cama, las sábanas y la almohada,
se disfrazan en partículas minúsculamente vacías
que me llegan a cuentagotas, el segundero se mueve
y no amanece –tic tac, tic tac- la cama se ensancha
hasta la orilla de tus mares que en calma me ahogan
mientras las sábanas pesan y pesan distancias y el fiel
de la balanza dice que ya no vuelan.

La almohada huele a ti a sabiendas de que no huela anda,
el amanecer no llega, a la vida le falta el sentido.

Y es que las horas son dueñas del tiempo;
tu recuerdo, la oscuridad y la luz le siguen el juego,
te espero, las horas se saben eternas y autónomas
pasan calando los lagrimales, la lluvia y la noche
distraen al mañana, las horas lo saben;
tú no regresas, yo no sé nada.

Due.  01. 08. 09

lunes, 14 de septiembre de 2009

Sólo un instante…


Resulta que después de darte cuenta
que nunca supiste ni su nombre
y que aún así recuerdas;
cada aroma,
el suspiro de su cabellera,
el tamaño justo de su espalda,
lo torneado de sus piernas,
la cadencia de sus pasos,
las chispas que estrellaban su mirada,
y además medía la estatura exacta de tus sueños,

después de que la vida ya es letra escrita,
y que en el presente y el futuro se observa
la estabilidad completa,
prendes un cigarro –si es que acaso fumas-
y al beber la taza de café caliente
te das tiempo de mirar lo que has acumulado,

y al cerrar los ojos le miras con disimulo
en esa distancia que se llama tiempo,
y suspiras y en un parpadeo
te das el permiso de quedarte sin aliento,

y recuerdas que en cada recuerdo
bueno o malo siempre estuvo de tu mano,
y te acuerdas que nunca supiste ni su nombre,
y en mas de media vida siempre
le miraste tan cercano y como fantasía,

no hay remedio, no te queda mas
que decirte en silencio; amé, amo y amaré,
pero sin dudarlo y sin sentido alguno de la vida
tú que siempre fuiste sólo un instante,
eres sin dudarlo: el amor de mi vida.

Due® 13septiembre09